miércoles, 30 de diciembre de 2015

EMOCIONANTE HOMENAJE DE PABLO EMILIO CEPEDA NOVOA A SU FAMILIA EN ACTO DE POSESIÓN

El nuevo Alcalde de Tunja expresó con emotividad su faceta familiar.

TUNJA. Diciembre 29. Una conmovedora recordación de su padre y un emotivo homenaje a su familia hizo Pablo Emilio Cepeda Novoa al posesionarse como Alcalde de Tunja, en ceremonia que tuvo lugar en la Iglesia de San Ignacio, ante una nutrida concurrencia.

El nuevo burgomaestre tunjano atribuyó a su padre, Marco Emilio Cepeda, su inclinación al servicio de la ciudad. También tuvo palabras de profundo afecto para su señora madre, sus hermanos, su esposa y sus hijos.

“Y a propósito de esta alegría que me embarga, tengo que pensar en alguien que en el más allá estará muy feliz: mi padre, mi viejito Marco”, dijo, agregando: “A él le quiero decir: Papito no fueron en vano sus esfuerzos ni sus sacrificios; sus lágrimas no cayeron en terreno árido; sus privaciones no han quedado sin recompensa.  Sí papito, la Acción Comunal, a la cual usted me indujo a querer y depositó en ella ilusiones de bienestar de sus vecinos, fue para mí el taller donde  comencé a construir un liderazgo  y a crear conciencia sobre la necesidad de procurar sin tregua mejores horizontes de vida para nuestras gentes. Los valores sensibles, vitales, estéticos, religiosos, intelectuales y morales, como la verdad, la fortaleza,  la armonía, el respeto, la tolerancia y la justicia que me inculcó, los encarné y hoy replico orgulloso y sin titubeos”.

Al proseguir en su referencia familiar anotó: “Por supuesto que la generosidad divina puso en su camino a  su amada Blanquita. ¡Qué gran mujer! ¡Qué ser humano tan maravilloso¡  Su amor, entrega, sacrificio, fortaleza, capacidad de lucha, abnegación, combinados con su tierna severidad y amable disciplina, se constituyó en  dulce compañera, bastión afectivo, confidente, consuelo y apoyo, sin quejas ni vacilaciones. Gracias mamita, por darme la vida, por su entrega total y por la bendición que todos los días me imparte”.

Emocionado añadió: “Y qué decir de mis hermanos, entrañables e incomparables coequiperos: Marbel, Nancy, Nélida,  Eunice, Sindy, Fernando y Carlos. Gracias por ser solidarios y generosos en todo mi trasegar”.

Mirando a su esposa apuntó: “Y a mi lado, amorosa, comprensiva e incondicional, apoyándome y animándome, ha estado Ana Isabel, mi adorable esposa. Con resolución total me ha auxiliado en mis batallas. Su lúcida inteligencia y su cariñosa ternura se han convertido en bálsamo reconfortante frente a las adversidades y apoyo incomparable en el logro de ansiadas metas”.


Finalmente expresó: “Luis Felipe y Pablo José, mis queridos hijos,  han alegrado mi vida, le han dado sentido a mis luchas y han estimulado mis propósitos. Su amor me alienta para seguir adelante. Valentina: gracias por estar conmigo”.

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